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En el mes que se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, es el momento perfecto para hablar claro sobre una tendencia que viene ganando terreno, especialmente entre los jóvenes: el vapeo 💨. Si bien se presenta como una alternativa "más segura" al cigarrillo tradicional, la realidad es que detrás de esa nube de vapor se esconden riesgos importantes para la salud. ¡Desterremos mitos juntos!
El engaño del vapor: ¿Realmente implica menos riesgo? 🤔
Es fácil caer en la idea de que el cigarrillo electrónico, también conocido como vapeador o “vapers”, es inofensivo. Lo vemos en todos lados, con sus diseños modernos y sabores atractivos. Pero ojo, aunque suele presentarse como una alternativa segura, la evidencia científica aún es limitada o contradictoria, especialmente en lo que respecta a sus efectos en la población joven.
Aunque no contenga el alquitrán del cigarrillo convencional, el vapeo expone a los pulmones a una serie de compuestos químicos dañinos. Muchos líquidos para vapear contienen nicotina, una sustancia altamente adictiva que puede afectar el desarrollo cerebral, especialmente si se empieza a consumir de jóvenes, especialmente en menores de 25 años, cuyo cerebro aún está en desarrollo. Además, se han encontrado metales pesados como plomo, níquel y estaño en el vapor, derivados del propio dispositivo. Aunque aún no se conocen con certeza todos los efectos a largo plazo, la evidencia disponible advierte riesgos significativos para la salud de los jóvenes.
⚠️ El tiempo promedio para fumar un cigarrillo tradicional es de dos a cinco minutos, según el ritmo de cada persona, en contraste con los hasta 20 minutos o más que puede durar el vapeo, lo que podría traducirse en una mayor exposición acumulada a nicotina y a compuestos potencialmente perjudiciales para los pulmones.
No es solo "vapor con sabor": Los peligros ocultos del vapeo⚠️
Al vapear, pueden ingresar al cuerpo partículas ultrafinas de metal o químicos industriales provenientes del aerosol que emiten los cigarrillos electrónicos. Contrario a la creencia popular, no se trata de vapor de agua inofensivo, sino de aerosoles que liberan numerosas sustancias tóxicas y potencialmente cancerígenas, entre ellas: nicotina, compuestos orgánicos volátiles, partículas ultrafinas, metales pesados como níquel, estaño y plomo, y saborizantes como el diacetilo.
Estas sustancias pueden provocar inflamación pulmonar, daño cardiovascular y aumentar el riesgo de enfermedades respiratorias crónicas.
Por otro lado, la idea de que el vapeo es una herramienta efectiva para dejar de fumar no está del todo probada. En muchos casos, incluso puede llevar a una doble dependencia: al cigarrillo tradicional y al electrónico.
Diversos estudios revelan que los jóvenes que consumen cigarrillos electrónicos tienen casi tres veces más probabilidades de iniciarse en el consumo de cigarrillos comunes posteriormente.
¿Sabías que en Argentina está prohibida la venta de cigarrillos electrónicos?
Desde 2011, la ANMAT prohíbe su importación, comercialización y publicidad, así como la de sus accesorios y cartuchos con nicotina.
Jóvenes y vapeo: una tendencia peligrosa 🎯
Lamentablemente, la falsa sensación de seguridad ha hecho que el vapeo se vuelva popular entre los jóvenes. Es fundamental entender que la nicotina es perjudicial a cualquier edad, pero especialmente durante la adolescencia y la adultez temprana, la exposición a la nicotina durante este momento de la vida puede afectar funciones cognitivas como la memoria, la atención y el control de impulsos, y aumentar el riesgo de dependencia a largo plazo.
Elijamos cuidar nuestra salud. Informémonos, hablemos con nuestros amigos, familiares y en las escuelas sobre estos riesgos, para prevenir una dependencia que muchas veces comienza con desinformación.