Pese a que es una problemática difundida, los casos de hostigamiento conocidos como "bullying" (o "ciberbullying" en el caso del acoso digital) están en aumento 😥. Según la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) se trata de un problema global: hoy alrededor de 7 de cada 10 niños sufren todos los días algún tipo de acoso.
“Es importante reconocer que cualquier situación de violencia entre pares, se trate o no de bullying, requiere la intervención de adultos para su resolución. La detección y el tratamiento oportunos de estas situaciones nos brindan la oportunidad de enseñar nuevas formas de vincularse con respeto y empatía", dice Silvina Pedrouzo, pediatra especialista en efectos del uso de las tecnologías (TICs).
El primer paso para trabajar esta problemática es conversar con los chicos y chicas 🗣️. De lo que no se habla no se puede enseñar ni prevenir:
⚠️ Fuerte cansancio, cefaleas, dolor abdominal y/o vómitos que pueden darse el domingo por la noche, al despertar o en las horas previas al ingreso a la escuela en los casos de acoso escolar. Aparición de golpes, hematomas o rasguños. También el bullying puede causar alteraciones del sueño, en la conducta alimentaria, dificultades en el aprendizaje, baja del rendimiento escolar, falta de interés en actividades, baja autoestima, ansiedad y cambios en el estado de ánimo.
En el caso específico del ciberbullying, además, los chicos están en permanente estado de alerta en contacto con sus dispositivos 💻📱 para chequear las publicaciones que hacen sobre ellos en redes sociales.
Si notás que la situación está generando impacto en su salud física, emocional o advertís muchos cambios en su conducta, es recomendable consultar con un profesional especializado👨⚕️.