Con la llegada del invierno, aumentan los cuadros de resfríos, gripe, bronquiolitis y otras infecciones respiratorias 🤧 Pero ¿es el frío el culpable directo? La ciencia nos ayuda a comprender mejor esta relación y a prevenir desde el conocimiento.
Las infecciones respiratorias son causadas por virus o bacterias que afectan distintas partes del aparato respiratorio: nariz, garganta, tráquea, bronquios o pulmones. Estos son los tipos más frecuentes:
Los principales causantes son los virus, especialmente los de la gripe (influenza), el rinovirus (que provoca resfríos), el virus sincicial respiratorio (VSR), adenovirus y coronavirus, entre otros. Algunas bacterias también pueden estar detrás, como Streptococcus pneumoniae o Mycoplasma pneumoniae, aunque son menos frecuentes.
⚠️ Los síntomas suelen incluir: congestión o secreción nasal, tos, dolor de garganta, fiebre, malestar general, y en casos más graves, dificultad para respirar o ruidos al respirar (especialmente en bebés).
No, el frío no enferma. Estar expuesto a condiciones de clima extremos puede debilitar nuestro sistema inmunitario, lo que no hace más vulnerables al exponernos a los gérmenes que se encuentran a nuestro alrededor.
Durante el invierno, solemos pasar más tiempo en espacios cerrados y con poca ventilación, lo que aumenta las probabilidades de contagio. Además, el aire frío y seco disminuye la capacidad defensiva de la mucosa nasal, que es nuestra primera barrera inmunológica frente a los virus respiratorios.
El resfrío es causado por virus, no por el frío en sí. Lo que sí puede ocurrir es que el frío debilite las defensas locales (como la mucosa nasal), facilitando el ingreso de virus si hay contacto.
Las “anginas” (faringitis) se deben a infecciones virales o bacterianas. Beber algo frío no produce estas infecciones.
La ventilación diaria es esencial para renovar el aire y reducir la concentración de virus en ambientes cerrados.
Estas son enfermedades virales, y los antibióticos solo combaten bacterias.
Abrigarlos no evita ni causa enfermedades, ya que los virus respiratorios no dependen de la temperatura corporal sino del contacto con personas infectadas. Lo ideal es vestirlos con una capa más que un adulto, evitando abrigos excesivos y mantener sus manos, pies y cabeza cubiertos al salir.
La mejor forma de cuidar nuestra salud en invierno no depende de mitos, sino de hábitos preventivos basados en buena información.